La depuración de un barco antes de que salga de la empresa es una etapa crucial en su proceso de lanzamiento. Más allá de la mera estética, priorizo ​​asegurarme de que se cumplan todos los estándares de calidad para garantizar un arranque seguro. Esto implica una inspección meticulosa de cada sistema, incluida la inicialización del IMS, las baterías, el equipo básico y los motores fueraborda. Dedico especial atención a las conexiones internas, un proceso meticuloso que suele durar entre 10 y 12 horas. A pesar de su naturaleza lenta, encuentro esta tarea inmensamente gratificante, ya que exige tanto conocimientos técnicos como un profundo conocimiento de las complejidades del barco.

Mi competencia en depuración se perfeccionó a través de sesiones de capacitación práctica con Samuel y Antonin del equipo de servicio posventa. Reconociendo la necesidad de aliviar su carga de trabajo, intervine de manera proactiva para abordar las emergencias de producción que surgieron durante 2022. Estos problemas desatendidos estaban sobrecargando al equipo de servicio posventa con cargas de trabajo adicionales. Aceptando el desafío, dediqué más tiempo al trabajo de producción independiente durante unos 3 a 4 meses.

Después de esto, hablé con mi gerente y llegamos a un acuerdo para que la transición se realizara bajo la supervisión de Benoit Beukels, el gerente de producción. Disfruto de la participación activa en el astillero. Al supervisar de cerca toda la cadena de producción, pude identificar y resolver problemas de manera preventiva, mitigando los problemas potenciales antes de que se intensificaran. Este enfoque proactivo no solo agilizó las operaciones, sino que también profundizó mi comprensión del proceso de producción en su conjunto.